María tenía
que viajar y desde el amanecer miraba el cielo y seguía todos los
pronósticos posibles para cerciorarse del tiempo que estaba previsto
para este día. Había muchas nubes y una seria amenaza de lluvia. No
se sabía si va a caer o no va a caer. María esperaba que todavía
no vaya a caer nada que se mantendrá así el tiempo. Una típica
reacción de proteger, de intentar a salvar las cosas en su estado
actual, porque si cambia algo todo se puede complicar. Y a veces una
buena lluvia no hace otra cosa que lavar bien el camino. Algunas
veces en la vida es mejor que caigan las cosas, que las nubes de los
problemas descarguen todo lo que tienen acumulado. Cuando ocurre eso
ya dejamos de vivir bajo una constante amenaza y nos encontramos con
pura realidad, lo que permite buscar los medios adecuados para
avanzar y no quedarnos atascados por el miedo, por la inseguridad.
Que no te espante la lluvia ni los problemas siempre encontrarás la
manera de seguir adelante.
Feliz lunes de librarse de amenazas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario