lunes, 15 de febrero de 2016

San Valintín alargado

Nunca contaba su número. Muchos llegaban pero fue la vida la que se encargaba de verificar quienes se van a quedar. Los que se quedaban se acostumbraban a sus múltiples papeles que les tocaban. Eran como chalecos salvavidas, cuando él se hundía en la tristeza. Amortiguaban los golpes de la vida, eran capaces de levantar de las caídas cuando llegaban a suceder. Al mismo tiempo inyectaban en su vida las mismas dosis de locura y de sensatez, siempre para mantener el equilibrio. Cuando era necesario lo empujaban para que siga el camino sin desanimarse o lo detenían cuando iba directo al fracaso. Siempre dispuestos a hablar sobre mil temas y callarse sobre otro mil. Nunca buscaban una total aceptación, divergían en miles de cosas, lo que si buscaban era una total atención cuando se hablaban. No les preocupaba, ni asustaba que en sus relaciones la amistad igualara amor. Ama a tus amigos no los esclavices. No les dediques un día sino una vida.

Feliz lunes de seguir pensando en amigos y amigas.

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