Se
entusiasmaba mucho con cada nueva amistad. No siempre supo controlar
sus ganas de comunicarse. Una que otra vez tuvo problemas por eso y
fue mal interpretado. Tenía miedo de ser rechazado, los que lo
conocían podían confiar en él, en transparencia y claridad de sus
intenciones. Se movía en un terreno muy resbaloso. En donde había
la delgada linea entre frecuente comunicación, insistencia y acoso.
En donde nadie confiaba en amistades mixtas, cercanas, limpias.
Estaba dispuesto por respeto y por proteger a la persona querida a
dejar cualquier comunicación, llamarse al silencio. Antes de ser
preocupado por los chismes que levanten sobre él, estaba preocupado
por problemas que puede causar su cercanía a otras personas. Mucho
tiempo pensaba que eso le condenaba a la soledad, pero a lo largo de
su camino aparecieron muchos amigos y amigas. Se ha llego a preguntar
si es normal entusiasmarse. No tenía la respuesta. Cuando miraba sus
mascotas de 4 patas y narices húmedas, llenas de entusiasmo frente a
cada encuentro encontraba la respuesta. Sé prudente cuidadoso
protector pero no tengas miedo de la amistad.
Feliz
miércoles de amistades que a veces pueden ser confusas.

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