Casi todos esperamos algo, algunos tienen la suerte de saber que
esperan, otros solo saben que esperan, sintiendo la angustia de la
espera mientras más imprecisa, más complicada, más difícil. En
algunos casos nos parece que sabemos lo que esperamos o a quien
esperamos, pero solo vemos la parte visible, lo que aparenta ser y no
lo que es. A veces pensamos y decimos que esperamos a una persona y
cuando esta llega y se va nos quedamos insatisfechos. Lo mismo nos
pasa cuando visitamos a las personas que queremos. Eso ocurre porque
no esperamos solo un encuentro, sino cercanía, muestras de cariño,
conversaciones, atención. Y eso no lo encontramos. Delante nos ponen
una mesa llena de alimentos pero vacía de sentimientos. Trata de
buscar el equilibrio entre lo que esperas y lo que ofreces, lo que
estás dispuesto a recibir y lo que pones a disposición de los
demás. Lentamente trata de saciar tu hambre de encuentro.
Feliz lunes de espera.

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