En el camino por el que le ha tocado transitar en esta vida ha
recibido muchas sacudidas, impedían que el viaje fuera placentero y
por esa razón se quejaba mucho. Sabía que estas sacudidas la
mantenían despierta impedían que se duerma. Al no dormir no perdía
los instantes más bellos y más efímeros. Estos baches y vaivenes
de la vida mostraban lo inestable que es lo que nos rodea lo que
pisamos y sobre que construimos. Estar arriba es la puerta de estar
abajo y estar abajo te lleva arriba. Es bueno no acostumbrarse de un
solo nivel y ni siquiera de un solo lugar en la vida. Eso no quiere
decir que tenemos que ser nómadas, sino que debemos ser flexibles y
abiertos a cambios entendiendo a los que a veces están un poco más
arriba y a los que están un poco más abajo. La balanza de la vida
se mueve con frecuencia y solo los que se sienten ricos por dentro no
se ven afectados tanto por los cambios porque no dependen de la
calculadora sino del corazón.
Feliz viernes de flexibilidad.

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