domingo, 4 de diciembre de 2016

Soñar y Trabajar

No eran muchos los sueños que tenía soñados y ni muchos los que le quedaban por soñar. Con estos pocos ya le quedaba mucha tarea por hacer. Si seguía soñando sin hacer nada para convertir los sueños en realidad, corría el peligro de quedarse atascada, inmovilizada por la cantidad de cosas por hacer. Curiosamente cuando la cantidad del trabajo supera nuestras posibilidades de repente se nos va toda la energía y a pesar que todo es urgente, no hacemos nada. Nos invade parálisis de saturación. En momentos así parece que cada cosa que podemos hacer es poca y no merece la pena hacerla, porque es tan insignificante que con ella igual no va a cambiar nada. Trata de unir tus sueños con tus actividades y mantén equilibrio entre ellos. Que no trabajes sin soñar, ni sueñes sin trabajar.

Feliz domingo de sueños y trabajos en equilibrio

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