Sentía su cuerpo muy sensible, adolorido. Era una sensación
extraña, pues no ha hecho ninguna actividad física, ningún trabajo
que explique este estado. Eso si, en los últimos días ha pensado
sobre muchas cosas y ha recordado muchas malas por las que ha pasado.
Cada uno de los sentimientos, de las vivencias fue grabado no solo en
su memoria, sino también en su cuerpo. Al recordar activamos toda
una red de conexiones que tensan nuestros músculos, provocan
contracciones y una generalizada sensación de cansancio. Cambiarlo,
es empezar un proceso muy largo de la liberación del cuerpo de su
memoria. Aprender recordar sin sufrir, es reconciliarse con el
pasado, desintoxicar nuestro espíritu de los antiguas toxinas, de
enojo, rencor, sentimiento de culpa, odio, envidia y muchas más, que
activadas juntas, envenenan nuestro cuerpo. Procura reconciliarte por
dentro y los efectos veras por fuera, en tu cuerpo y en tus
relaciones con los demás.
Feliz viernes de reconciliación.

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