Decía que con él, se le fue todo el amor, y ya no le quedaba
nada. Y tenía razón. Se le fue una forma obsesiva y equivocada de
amar. Tantas veces en su vida a confundido el amor con la dependencia
y el miedo a la soledad, que no fue capaz de ver su realidad. El amor
es la capacidad de dar y darse recibiendo al mismo tiempo. Ella hace
tiempo que ya no recibía nada, tal vez malos tratos, mentiras y
humillaciones. Vivía el peligroso proceso de acostumbrase a eso,
considerarlo como el precio, el sacrificio necesario que hay que
asumir para poder estar con él. Nada más lejos de la verdad. Tenía
todo para poder amar mucho y ser amada, con la condición de que
abandone el miedo, se sincere y deje de mentirse. Ya era suficiente
que él le mintiera tantas veces, que va a cambiar, y que era la
última vez que eso o aquello. No era necesario que a las mentiras de
él ella añada las suyas. El amor no se acaba, se acaban las
historias, las relaciones, las confusiones y equivocaciones. El amor
no pone condiciones, bueno tal vez si pone pero solo una – la
verdad.
Feliz viernes de mucho amor de verdad.

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