viernes, 3 de febrero de 2017

Manos abiertas

En un mundo en el que otros se empeñaban de construir muros ella decidió tener manos abiertas. Nada se podía encontrar en ellas. Era el milagro de las manos vacías que hacía tan grande y necesario su gesto. Estas manos abiertas facilitaban el acceso al corazón. Un corazón que no se cerraba frente al que se acercaba a él, sobre todo que se mantenía abierto frente a la persona, extraña desconocida, diferente. Tener las manos ocupadas es como construir muros de acceso al corazón. Las manos ocupadas en el mejor de los casos pueden dar lo que hay en ellos, provocando el sentimiento de satisfacción de haber cumplido el deber con tanta generosidad. Dispuestas de entregar todo que hay en ellas, menos darse a si mismas. Dando imposibilitadas para recibir. Que tus manos se abran ofreciendo tu corazón y que sepan recibir, reconocer que también necesitan.

Feliz viernes de manos abiertas.

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