Algo en su vida se ha
desinflado como la rueda de una bicicleta. La
rueda desinflada hace sentir cada bache, cada golpe del camino. Lo
que hace casi imposible avanzar y pone en peligro la rueda misma pues
se puede deformar haciéndose inútil. Por eso se hace necesaria la
constante vigilancia del estado de las ruedas para que puedan
amortiguar y facilitar el camino. Con nuestra vida pasa lo mismo que
con las ruedas de una bicicleta. A veces nuestro espíritu se
desinfla y sentimos cada problema, cada dificultad como un golpe que
nos lastima. La vida se hace pasada
y sentimos que no podemos avanzar. Trata de cuidar a tu espíritu
alimenta para que te llene como el aire a la rueda. Podrás avanzar
por el camino de la vida con mucha más facilidad, sin sentir tantos
golpes y sin dejarse deformar y lastimar
por los obstáculos.
Feliz domingo con
buen espíritu.

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