En los días de calor
refrescaba el ambiente con agua, dejando esta agradable sensación de
lluvia recién caída. No quería que a su alrededor se levante el
polvo, que el ambiente no se vuelva asfixiante, porque cuando la
gente se siente mal, dice cosas malas y es capaz de echar a perder
las maravillosas oportunidades de encuentro que la vida trae. Nunca
faltan los que tratan de anunciar a toda costa su malestar o su
desacuerdo. Sus palabras como polvo se levantan en el aire,
metiéndose en los ojos, en las bocas y en los sentimientos de los
que los rodean. Trata de rociar cada encuentro con suficiente
cantidad de alegría para que no se levanten estos malos polvos que
son capaces de contaminar el más puro ambiente y distorsionar el más
hermoso paisaje.
Feliz jueves sin polvo de
malos sentimientos.

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