lunes, 3 de marzo de 2014

Abanico de luz

Graciela buscaba los pequeños elementos que aunque casi no percibidos por los demás formaban parte de abanico de felicidad. Había ahí unos “Buenos Días” y “Hola” dichos por sus seres queridos en las mañanas nublosas y grises que daban suficiente luz para empezar bien el día. También tenía unos cuantos “Gracias” y “Que rico, que lindo” que ella repartía a su alrededor encendiendo unas pequeñas lamparitas de cariño capaces alumbrar incluso la noche más oscura. Y tal vez lo más importante el lugar de una sonrisa nunca ocupaba una mueca.



Feliz Lunes con abanico de pequeñas cosas.

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