Gladys se sentaba cansada. Los problemas la perseguían como
perros rabiosos, no siempre lograba a escapar. Se sentaba y
deshilaba los problemas, para entender algo de lo que pasa, creyendo,
que viendo cada hilo de decisiones, llegará a descubrir por qué las
cosas a veces se enrollan tanto. Deshilando con paciencia, veía
claramente, que su vida tiene más colores de lo que parece a simple
vista. Y siguiendo la trama se llega a la fuente de muchas cosas
lindas, que aunque tantas veces escondida sigue dando fuerza. Al
parecer todo es cuestión de paciencia. Todo que un día se enrolló,
otro día se puede desenrollar.
Feliz Martes de desenrollar los hilos
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