domingo, 13 de marzo de 2016

Las Almohadas atentas

Cada vez que se acostaba en su almohada de suspiros, se sentía libre. No le pesaba tanto su despertar. No huía al mundo de fantasía, no deseaba ser la princesa del cuento. Simplemente querría que alguien la escuche, sin interrumpir, juzgar y dar lecciones, que la tome en cuenta y que la dejen de comparar con otros. Su almohada recibía todo. Ella descargaba este enorme peso, que durante tantos días ha cargado en silencio. En la noche es más fácil encontrarse con otros, porque en la noche nadie se ruboriza, y en la noche es más fácil encontrarse con uno mismo. El día nos entretiene con miles de pantallas encendidas. La noche pone frente a nuestros ojos la única pantalla negra del sueño en la que se proyectan nuestros sueños, pensamientos y sentimientos. Y en la oscuridad se ve claramente cada detalle que aparece en la pantalla. Mira bien lo que ves por la noche cuando cierras los ojos y vive con los ojos bien abiertos durante el día.

Feliz domingo de ojos bien abiertos y almohadas atentas.

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