Los silencios
invadían cada espacio de su cuerpo. Lo peor de todo fue que también
salían a fuera y se metían en cada espacio libre, incluso en medio
de las conversaciones. Desconocía el origen de tantos silencios,
porque sentía que más que nunca necesitaba hablar. Entonces ¿por
qué los silencios ocupan lugar de palabras? se preguntaba en medio
del silencio sin palabras. Escarbando en el pasado que todavía
mostraba su espalda llegaba a ver como muchas de las palabras,
dichas a las personas que más amaba, rebotaban. No le llegaba ningún
acuso de recibo. Al regresar estas palabras provocaban atascos e
impedían la salida de las siguientes palabras. De hecho muchas veces
las nuevas palabras se negaban a salir, pues para qué salir si nadie
las iba a escuchar. No ignores, ni las palabra, ni muchísimo menos
los silencios, porque éstos aparecen siempre cuando hay muchas cosas
que decir. Y tal vez alguien se cansó intentando decirlas, sin ser
escuchado.
Feliz jueves
sin palabras que rebotan.

No hay comentarios:
Publicar un comentario