No sabía
desde hace cuanto tiempo la muerte empezó a morder su vida y sus
relaciones. Y no es que le diagnosticaron alguna de las enfermedades
tan temidas, o que a llegado a una edad en el que el desgaste sale
por los poros de la piel. Misteriosamente hace un tiempo por su
torrente sanguino dejó de circular la esperanza y la ilusión. Es
que no solamente el alimento sirve de combustible indispensable para
mantener la vida, hay que mezclarlo con la esperanza que despierta la
curiosidad de mirar las esquinas y las curvas de la vida, como
promesas de una sorpresa agradable, que está escondida detrás de
ellas, y no como unas amenazas. Alimentando tu cuerpo, no olvides
alimentar tu espíritu con una esperanza que te da la seguridad que
nadie en este mundo está condenado al sufrimiento total e
irremediable, aunque pueda vivir cosas difíciles, sin aparente
solución. Porque en la vida más importante de lo que vives, es tu
actitud frente a lo que vives. Ella te asegura la vida aunque la
muerte algún día se puede acercar a tu vida y llamar a tu puerta.

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