Decían que
confundía todo, que no se puede andar por la vida entregando todo
cada vez que veía a una necesidad y que encontraba a una persona.
Que hoy hay que andar con mucho cuidado, porque hay mucha gente que
se aprovecha y nadie sabe lo que va a pasar mañana. Y justo por eso,
por no saber lo que pasará mañana, decidía vivir hoy de la mejor
manera posible. La única certeza que tenía es pasar por cada día
una sola vez. No hay posibilidad de ensayos y estrenos. Siempre habrá
peligro de interpretar mal las cosas. No le importaban las miradas
glaciales de los que no entendían. No se dejaba arrastrar por el
viento de la indiferencia. Sabía que lo que se pierde en un
encuentro, se recupera con creces en otro. Es mejor equivocarse
viviendo que arrepentirse tarde de nunca haber vivido. El miedo de no
equivocarse nunca será un buen consejero. Lo que no libera a uno de
la dosis diaria de responsabilidad y de la prudencia.
Feliz jueves
sin confusiones.

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