Le costaba despertarse hoy. Era uno de estos días
que en la mañana uno se hace eterno en la cama. Cuando una cosa hace
la cabeza y otra el resto del cuerpo. Parece que a cada una de las
partes de su cuerpo tenía que dar una orden por separado para
pedirles que se despiertes y obedezcan a lo que les está pidiendo o
más bien ordenando. En este largo proceso de conectar cada parte
para poder “funcionar” tenemos la oportunidad de elegir las
partes que queremos activar. Tal vez no nos conviene despertar el
rencor, el enojo, ni la angustia o impaciencia. En estos minutos que
a veces parecen eternos, entre cerrar y abrir los ojos, antes de que
nuestros pies toquen el suelo, se decide como vamos a vivir el día y
más que eso. Si puedes decidir, usa, ejerce esta posibilidad.
Durante todo el día, semana e incluso vida recogerás los
beneficios.
Feliz martes de un despertar bien pensado.

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