Estaba al tanto de todas las novedades del mundo de
los dispositivos electrónicos. Conocía todas las nuevas aplicaciones, sabía
sacar de ellas el máximo provecho. Le consultaban todos los amigos que tenían
dudas. Sabía ayudar, orientar, aconsejar. Su amplio conocimiento despertaba
envidias de sus amigos, pero de vez en cuando después de responder a todas las
consultas, se sentaba solo y no sabía qué hacer con su propia soledad. No sabía
cómo manejar los sencillos sentimientos que a veces invadían a su cuerpo. Sus
aplicaciones tan útiles en otros casos resultaban ser totalmente inútiles cuando
se trataba de sus sentimientos. Se sentía desorientado entre lo que debería
activar y desactivar. No tenía idea cuanto espacio libre le quedaba ni de lo
que ocupaba a su memoria. Era muy difícil acceder a buenos manuales o
tutoriales para aprender solucionar problemas y dificultades que se le
presentaban a diario, pero el ser difícil no quiere decir ser imposible. Trata
de aprender a manejar tus sentimientos, estados de ánimo con la misma habilidad
con la que manejas a tus dispositivos electrónicos. En tu mente y en tu cuerpo
hay aplicaciones necesarias que no estás usando o incluso ignoras su
existencia. ¡Ponlas a funcionar!
Feliz lunes de uso de aplicaciones.

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