Sabía muy bien lo que les tocaba a
hacer a los demás. Rápidamente le reclamaba todos los
incumplimientos, viendo en ellos una total irresponsabilidad y falta
de respeto hacia los demás. Este conocimiento de las
responsabilidades ajenas, no fue acompañado por el reconocimiento y
cumplimiento de las responsabilidades propias de ella. Estaba
demasiado ocupada observando lo que hacen y no hacen otros y ya no le
quedaba tiempo para hacer lo que le tocaba, pues una no puede hacer
tantas cosas a la vez. Repartir bien las responsabilidades ayuda y
alivia la carga de trabajo, pero exige la responsabilidad y la buena
coordinación de todos dejando al lado las críticas y los
reclamos. Ocúpate de lo que te toca hacer y si te sobra el tiempo
mira en que puedes ayudar a los demás. No empieces tu trabajo viendo
errores ajenos
.
Feliz miércoles de trabajo, día de
preparar la chipa en Paraguay.

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