miércoles, 16 de enero de 2019

¿La fiebre?

Desde hace un tiempo le empezaba a fallar el cuerpo. No eran problemas graves insuperables pero sumaban una larga lista de quejas. Los años pesaban y hacían muchas cosas cuesta arriba. Los caminos parecían más largos, las cosas más pesadas, días más cortos. La vista no era lo que antes y la memoria parecía un saco roto del que se caían fechas, citas y compromisos pendientes. Todo eso hacía que crecían las ganas de decir “no puedo” o incluso “no sirvo”. Por esa razón había días que le costaba levantarse de la cama y no por alguna enfermedad del cuerpo sino por todo eso que le ha pesado en el alma. No fue la fiebre de su cuerpo, sino al contrario el frío de los que la rodeaban, que la tenía cada vez más inmovilizada. Lo único que podía hacer es aceptar serenamente ciertos cambios y limitaciones y sacar el provecho de todo eso que podía hacer a su ritmo y a su tiempo, sin dejar desanimarse por nada ni nadie.
Feliz miércoles de aceptación.

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