Todavía en sus oídos sonaba
aquel frío y cortante “¡Se terminó!”, pero esta vez, ella no
se sintió tan devastada, desanimada, triste. Lo vivido con atención
le mostró, que fin de algo se convierte en
principio de algo nuevo y diferente. Por la
naturaleza tenemos miedo de las partidas y llegadas a lo desconocido,
de muertes y nacimientos. Más nos preocupan peligros de lo nuevo,
que alegran innumerables posibilidades que ofrece. Vemos
nubes de una tormenta y percibimos que anuncian la calma que viene
después. Recibe el Año Nuevo 2015 con
Alegría y Esperanza.
Feliz Año Nuevo.

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