A Lorena le decían “sorda”, y no porque tuviera
problema de audición, sino porque no escuchaba lo que la gente
decía. No se dejaba paralizar por el miedo de lo que dirán. Hace
bastante tiempo decidió no reaccionar fuerte frente a las palabras
de los demás. Sí, las escuchaba pero todas y cada una de ellas
pasaba por el filtro de la utilidad. Aceptaba con gusto todo, lo que
le podría ayudar, corregir sus errores, mejorar y crecer. Decidió
no dar poder a las palabras hirientes, llenas de envidia,
malintencionadas. Pon el filtro de utilidad en lo que escuchas y en
lo que dices.
Feliz Domingo de Utilidad.

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