Según lo que decía a todos sus amigos, su vida no era lo que
debería ser, en nada se parecía a la que ella a soñado. No es que
tuviera grandes problemas, o pasara por escasez, aunque tampoco vivía
en opulencia. Al parecer el problema de su insatisfacción no
radicaba en la falta de algo, porque últimamente se le presentaron
muchas oportunidades. Muchos le preguntaban porque no aprovechaba
ninguna de ellas. Ella sabía obnubilar la respuesta de la manera que
nadie se entere de la verdad. Su gran problema no era la falta de
oportunidades, sino la falta de decisión. Mientras más
posibilidades se abrían frente a sus ojos, ella más se encerraba en
si misma, paralizada por el miedo de equivocarse. En la vida tienes
que arriesgarte a probar las cosas para saber si tienen sabor dulce o
amargo. Cuando te equivocas aprendes, no pierdes. Solo de Ti depende
en lo que conviertes tus experiencias.
Feliz viernes de decisiones.

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