No le cabía ni una excusa más. Ya a llenado hasta los bordes su
mundo de excusas. Algunas sofisticadas, otras muy baratas. Tenía
que deshacerse de algunas de ellas, para poder usar otras o mejor
todavía, empezar a actuar en vez de multiplicar las excusas. Muchas
veces la vida nos deja un amplio campo para actuar y la libertad de
quedar parados o dar el primer paso, aunque este parezca muy
riesgoso. Para dar este primer paso necesitamos ser plenamente
libres, sin ninguna atadura de miedo, dependencia, comodidad o
conformismo. No fuimos llamados a la vida para sentarnos en el jardín
de las posibilidades y observar, sino para cultivar las semillas. No
llenemos nuestro mundo de excusas secas. Que se llene de flores
vivas, que anuncian frutas y semillas de algo siempre nuevo.
Feliz lunes sin excusas.

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