domingo, 26 de julio de 2015

Ser lo que son

Entre ellos siempre había espacio para una palabra y un silencio. Sobraba también el espacio para una persona con todo su carruaje de humores y reproches. Presumían con razón, a no ser ni dueños, ni esclavos de un molde que les hacía grupo, amigos, hermanos. Las risas y bromas ayudaban limar las asperezas. La cercanía, la atención, el mutuo cuidado se volvió su mejor pomada que podían aplicar sobre las heridas, eso sí con innumerables efectos secundarios, como la alegría contagiosa y la poca resistencia a la división y marginación, excluyendo la deseada. Lo extraño que se permitían el lujo de ser siempre cada uno y cada una con su “cadaunada”, sin que eso les impida sentir la unidad y seguir adelante. Procura abrirte a tus amigos, pero permíteles ser ellos mismos. No hagas de ellos víctimas de tus frustraciones, y no proyectes en ellos tus carencias, esperando o aun más exigiendo, que te den lo que no tienes. Amigos son amigos y no suplentes o empleados de tu propia inseguridad.

Feliz domingo de amigos.
Para la Jemtekuera.

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