Aunque
no se dedicaba a la agricultura o jardinería tenía que cuidar lo
que está creciendo en su corazón, en su vida. Muchas personas a lo
largo del camino de la vida estaban sembrando diferentes cosas,
algunas muy beneficiosas, otras tal vez algo perjudiciales. Uno no
siempre puede controlar lo que le siembran, pero si puede controlar
lo que va a cultivar para permitir el crecimiento. Hay
que estar muy atento para no dejar a crecer a la amargura la tristeza
o el enojo. Cuando muchas plantas son pequeñas, se parecen mucho,
pero cuando crecen empiezan a dar muy diferentes frutas. Algunas de
ellas alimentan la felicidad la hacen crecer, la vuelven más fuerte,
otras al contrario la debilitan achican, envenenan. Trata con cuidado
lo que crece en tu vida, se atento para detectar a tiempo “las
malas hierbas”. A veces te tocara cambiar de lugar para encontrar
mejores terrenos, mejores condiciones para el crecimiento. Recuerda
que solamente de ti depende la cosecha de la felicidad.
Feliz
viernes de cuidar lo que crece.

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