sábado, 2 de enero de 2016

El arte de no hacer nada

Hace tiempo que Marta andaba muy cansada y lo único que deseaba era descansar un poco, simplemente no hacer nada. Agobiada por tanta prisa, siempre a carreras entre sus múltiples obligaciones. En el horizonte aparecía la posibilidad de tomarse unas largas vacaciones. Ya no veía la hora que lleguen. Y cuando por fin llegaron algo extraño ocurría con ella. No era capaz de hacer lo que tanto soñaba. Se le había olvidado como se puede no hacer nada. Su cuerpo se tensaba, a sus manos y pies invadía la ansiedad, la constante búsqueda de algo que hacer. Era tan difícil sentarse mirar el horizonte, sentir su cuerpo y su respiración, caminar con un paso lento disfrutando del ritmo de los pasos. La vida nos enseña el arte de trabajar, de producir, de ser eficaces, no nos enseña el arte de descansar, ni de sentir plenamente, sin mirar el reloj, ni poner demasiadas preguntas.

Feliz sábado de empezar a aprender a descansar.

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