Ya perdió la cuenta cuantas veces ha
caído o fracasado en los intentos, sin embargo nadie la podía ver
desanimada, resignada frente a las situaciones que se le presentaban.
No buscaba culpables, ni siquiera se culpaba a sí misma. No hablaba
de mala suerte o de abandono de parte de Dios en quien creía
confiadamente. Para ella lo que realmente importaba no era el número
de las caídas sino la capacidad de levantarse después de cada una
de ellas, además con una firme convicción de que tienen que servir
para algo que cada una de ellas en sí tiene cerrada una lección, un
aprendizaje. Sería un desperdicio no aprovechar las lecciones y
oportunidades que la vida le daba. Aunque como todas las personas
deseaba triunfar, sabía que eso incluye saber superar los fracasos,
caídas, volviendo a probar las veces que fuese necesario. No te
limites a lamentar los fracasos y caídas. Da las gracias por la
capacidad de levantarse una vez más y aprender las lecciones para
el futuro. Cualquier niño pequeño que hubiera tenido miedo de
caerse nunca hubiera aprendido a caminar. Lo sabemos siendo niños y
lo olvidamos siendo adultos.
Feliz jueves de fuerza para levantarse.

No hay comentarios:
Publicar un comentario