viernes, 14 de julio de 2017

También para dentro

Sus padres trabajaron mucho eran dueños de una tienda muy grande la más grande de su ciudad. Así que le ha tocado crecer en un lugar en donde había muchas cosas pero todas ellas eran para venderlas a los demás. Muchas horas de su infancia ha pasado en la trastienda donde había mercancía olvidada, tan olvidada como ella. Aunque le ha gustado el comercio, sentía que la dirección de flujo de las mercancías y de la atención de vez en cuando debería de cambiar de dirección. Le parecía cruel vivir entre tantas cosas y no poder disfrutar de ninguna de ellas, atender con sonrisas y alegría a todos que entraban a comprar y sumergir en el silencio a todos que estaban del mismo lado del mostrador. Sentía que lo de vender la mercancía se les ha metido en su vida y sus relaciones, superando los límites sanos de un trabajo. Hay cosas que no estén en venta, ni tienen precio, no pueden ser una mercancía y cuando no sirven para los que las tienen, quiere decir que no sirven para nada. No debemos borrar las líneas que separan el trabajo de la vida familiar. Nuestra atención debería tener varias direcciones. No solo ver a los que vienen de fuera sino que también ver e interesarse por los que están dentro tal vez un poco olvidados en la trastienda de nuestra vida.

Feliz viernes de interés.

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