sábado, 15 de julio de 2017

Silencio de las palabras o palabras del silencio

Con frecuencia le reclamaban que se quedaba callada, que no decía nada. Estaban muy equivocados, con algunos de sus silencios decía más que con muchas palabras. Es que para ella demasiadas palabras se volvían ruido y al ruido nadie lo quiere escuchar. Ella guardaba silencio porque quería escuchar bien hasta la última palabra sin interrumpir tratando de entender todo lo que le estaban diciendo y también escucharse bien a sí misma. Decía que aunque puede parecer una contradicción, hablar también puede significar silenciar o callar lo que uno siente, piensa u opina. Algunas veces hablamos para no permitir que nos hable la voz interior de nuestra conciencia. No quería hacer callar nada, aunque le que escuchaba a veces la incomodaba y desafiaba. Esta voz que sonaba en la soledad de su cuarto, permitía ver lo lejos que estaba de lo que deseaba para si misma, que cosas la alejaban y cuales la acercaban de lo que buscaba. Escucha a ti mismo, escucha a los demás y no calles, no ahogues tu voz interior hablando sin parar.

Feliz sábado de escucha.

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