En su casa había una biblioteca llena de diferentes
manuales y libros que hablaban sobre su trabajo, su profesión. No había ni un
solo libro que hablara de descanso, relajación, crecimiento personal. Viendo
este vacío, decidió comprar algunos libros sobre estos temas. Pero seguía
tratando el descanso como un trabajo más, una tarea que ejecutar. Se sentía
víctima de una sociedad que enseña a producir a competir, pero no a descansar y
crecer personalmente. Eso parece un lujo de unos pocos que se dedican a otras
cosas, tienen mucho tiempo libre y mucho dinero. El cansancio siempre nos cobra
dos facturas. Una con nuestro propio cuerpo, empeora nuestra salud, y la otra
con nuestras relaciones con otras personas. El descanso no puede ser solo una
actividad más o un simple no hacer nada. Tiene que ayudar a alimentar lo que
por la constante ocupación y tensión se debilita, ayudar al cuerpo, al espíritu
y a nuestra relación con nosotros mismos y las personas cercanas.
Feliz domingo de descanso.

No hay comentarios:
Publicar un comentario