Es de gente educada no interrumpir a
otros. Siempre ha tratado de cuidar este aspecto de su buena
educación recibida en su casa. Lo que pasa que algunas veces
encontraba a personas que no paraban de hablar y hablando empezaban
lastimarse con sus afirmaciones. No solo se lastimaban ellos mismos
sino que también lastimaban a los demás. Respetar y no interrumpir
esta avalancha de los pensamientos y sentimientos negativos sería
permitir que las personas se hagan más daño. Interrumpiendo dejaba
la posibilidad de expresar sus opiniones y puntos de vista,
intentando ayudar a cortar el hilo de la negatividad. Tarea
complicada pero necesaria. A veces no queda otro remedio que usar el
espejo de la exageración, repitiendo las mismas afirmaciones que la
persona que está hablando, porque hablando busca reacción
contraria. Al no recibirla se siente confundida desubicada, ve que no
funciona su estrategia que busca afirmación o compasión. Respeta y
no interrumpas cuando te hablan, pero hazlo cuando ves que hablando
se lastiman, que tu silencio no sea una cobarde complicidad.
Feliz lunes de buenos modales que tienen
límites.

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