No le gustaba que alguien le haga algo
de sombra. Pensaba que la sombra impida que se vea plenamente su luz,
que algo pueda poner en peligro su brillo. Lo suyo era competir hasta
los extremos inimaginables. Se pasa pasaba sus días calculando
suposición frente a las personas con las que entraba en contacto.
Siempre con la misma metodología fijándose si lo que tiene es más
y lo que hace es mejor. No sabía disfrutar de éxitos ajenos, no los
supo ver como estímulos e inspiraciones para aprender mejorar, los
veía como peligrosas amenazas para su posición. Vivimos en un mundo
que es lo suficientemente grande para que quepan todos los talentos y
que se estimulen y perfeccionen. Cada éxito que alcanzas, a otros
les puede motivar para que intenten mejorar, cada éxito que alcancen
otros a nosotros nos moviliza a no estancarse e ir sacando todo el
potencial que tenemos. No podemos olvidar que el principal objetivo
en la vida no consiste en ser la/el mejor sino ser feliz, disfrutando
de lo que tenemos y aceptando quienes somos en cada etapa de nuestra
vida.
Feliz lunes de buenos estímulos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario