Buscaba la paz y no lo encontraba,
porque todos sus problemas la estaban persiguiendo. En vez de huir
debería pararse y dejar de alcanzar por todo. Mirar a los ojos y
los dientes de todos estos problemas. Muchos de ellos solo parecen
tan grandes y perdemos más tiempo y energía evitándolos que
enfrentándolos. Es mejor pararse y perder un poco de tiempo buscando
soluciones hasta donde será posible hallarlas, que correr de un
lugar a otro pensando que somos capaces de huir de ellos. Aunque
vayamos al otro extremo del mundo ellos nos alcanzarán. Siempre
habrá problemas complicados que no solo dependen de nosotros o nos
superan. En muchos casos humildemente debemos reconocer nuestras
limitaciones y pedir ayuda a los que son capaces de ayudarnos. Una
fresca mirada de alguien de fuera puede ayudar a ver las cosas que no
vemos los que estamos metidos dentro. Eso puede ayudar a encontrar
las soluciones y llevarnos a equilibrio. Es el equilibrio y no la
falta de problemas que nos asegura la paz. El equilibrio adentro y
fuera de nosotros.
Feliz viernes de equilibrio.

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