Los
sueños de grandeza le quedaban muy chicos. A diferencia de muchos
que tenía a su alrededor no soñaba con un cargo un puesto o una
ganancia. Aspiraba a algo muy sencillo, para algunos demasiado
simple, ser útil, saber a responder a la gente que lo buscaba y
necesitaba. Lo que tal vez para otros era poco e incluso mostraba
falta de ambición o aspiraciones más elevadas, para él era un
grande desafío. Es que para lograrlo tenía que salir de su área de
confort, abandonar la seguridad y tranquilidad que le daba mantenerse
a distancia. Involucrarse de cerca con el constante peligro de
haberse equivocado, optado mal. No había otro camino de conseguir
sus sueños. El éxito en lo que soñaba no implicaba ninguna
ganancia ni reconocimiento, más que una mirada de agradecimiento o
simplemente una mirada y tal vez una sonrisa fugaz. A pesar de eso
para él valía la pena arriesgarse para alcanzarlo.
Feliz
sábado de sueños realizados.

No hay comentarios:
Publicar un comentario