Se
quejaba a veces que nadie conocía a su historia. Ha vivido tantas
luchas y sido víctima de tantas malinterpretaciones y confusiones.
Lo que hoy día era y sentía fue conseguido a golpes y esfuerzos. El
mundo no siempre fue justo con ella, si fuera solo el mundo no sería
tan doloroso, pues el mundo a veces parece bastante lejos. Lo peor de
todo fue la incomprensión en su propia casa. Esa dolía más que
cualquier otra puesto que rozaba la piel y se metía en las comidas,
estaba en el comedor y en el sofá. El problema era la falta de las
palabras que no solían acompañar a muchos sentimientos. Estos
sentidos en silencio quedaban ignorados. Es bueno de vez en cuando
tratar de hacer la propia narración de todo lo que vivimos,
sentimos, de lo que nos ha pasado. Nos ayuda tener imagen más clara
de todo. Servirá también para poder compartir con los demás.
Feliz
jueves de narrar la historia.

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