Solía quejarse que en la vida de
él no había espacio para ella. Él se defendía dando todo tipo de
explicaciones y justificaciones para demostrar que no era cierto lo
que ella afirmaba. Lo que pasa que entre tantas ocupaciones de él
muchas veces no cabían muchas palabras de ella y en la vida cuando
ya empiezan no caber las palabras terminan por no caber las personas.
Todos andamos ocupados comprometidos con mil actividades, pero
tenemos que reservar un espacio para nosotros y personas que amamos,
teniendo mucho cuidado que nuestro trabajo no expulse sus palabras
impida que las escuchemos y tomemos en cuenta y al final no toemos en
cuenta a las personas que nos están hablando. Cuida tu espacio para
palabras y para personas.
Feliz viernes de espacio
reservado.

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