Era un de las personas más
activas. Siempre metida en mil asuntos y siempre buscando el bien de
los demás. No lo hacía por dinero sino por convicción. Era su
forma de enfrentar la vida con toda su belleza complejidad y todas
sus dificultades. Muchos de los que la conocían preguntaban por su
secreto de conciliación. No hubo mucho secreto, solo una regla según
ella inquebrantable. Así como encontraba tiempo para los demás,
tenía que encontrar tiempo para sí misma. Tener este espacio
sagrado que nada ni nadie debería invadir para así sentirse plena
sentirse viva, sentir todos sus sentidos. Eso permite mantener
equilibro, evitar que nos sintamos saturados o bloqueados. La vida
afuera también pasa a través de nosotros y de vez en cuando tenemos
que pararnos y sentir como nos deja el cuerpo. Lo que absorbemos lo
que se queda y lo que dejamos a fluir. Cuida tu tiempo y tu espacio.
Feliz martes de cuidar nuestro
espacio.

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