Sembraban tantas risas que no era
extraño que cosecharan alegría y una alegría bien sabrosa.
Escondían sus risas en diferentes lugares para que siempre estén a
la mano, para poderlas sacar cuando la tristeza quiere ser más
fuerte que la alegría y el enojo más fuerte que las ganas de
compartir. Así con risas escondidas en todos los lugares en agujeros
y debajo de las piedras tenían la seguridad de poder sacarlas cuando
pasaban por ahí solos o acompañados. No hacía falta buscar mucho
mirando el paisaje para sacar las risas y devolver algo de alegría a
las caras tristes que les rodeaban. Siembre tus risas por los caminos
que transitas solo o acompañado para poder cosechar toda la alegría
que necesitas para tu uso diario.
Feliz viernes de sembrar
sonrisas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario