martes, 26 de marzo de 2019

Trozos de vida

En su infancia cada vez que iba a la casa de la abuela, ella le preparaba comidas exquisitos bocadillos. Él no era de los que querían comer todo y comer mucho. La abuela tenía su truco. Le cortaba todo en trocitos pequeños. Nunca le obligaba comer todo ni de una sola vez. Así comiendo trozos pequeños entre risas y conversaciones se comía todo lo que la abuela le ponía. Pasaba tiempo y un día la abuela le reveló su secreto y una enseñanza para toda la vida. Si no puedes con una cosa con un trabajo o con un proyecto porque te parece demasiado grande divídelo en trozos más pequeños y solo ocúpate de hacer el trozo, la parte que tienes delante de ti. Una a la vez y luego otra, sin angustiarte por la totalidad. Es que la vida no es otra cosa que una sucesión de momentos. Y si esos están bien vividos toda la vida adquiere el buen sabor. No te preocupes por la totalidad, preocúpate por la parte que en este momento te corresponde.
Feliz martes de trozos de vida.

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