No han empezado correr las horas
de este día y ella ya decía que no se puede hacer nada. Demasiadas
eran las cosas pendientes que tenía para poder empezar hacer algo si
movía una se le iban a caer todas encima. Extraña especie de
parálisis que la invadía, teniendo que hacer mucho, terminaba no
haciendo nada. En momentos así lo que más se necesita es calma,
relajación necesarias, para mirar bien todas las cosas y tomar la
decisión cuál de ella se puede hacer primero. Tal vez es bueno
empezar por la sencilla, la que no necesita tanto esfuerzo y se puede
hacer rápido viendo el efecto inmediato. Eso ayuda evitar el
cansancio y la saturación que provocan desánimo y abandono de
cualquier intento. Busca lo que puedes hacer y hazlo luego veras el
resto. Cambia lo que necesitas cambiar e irás cambiando todo lo
necesario. Siempre por algo se empieza.
Feliz jueves de hacer algo.

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