Otra
vez alguien se va. Vivimos otra partida. Un accidente le arrebató la
vida a Bernardino. Silencia su voz. La voz que nos ha acompañado
siempre. Un hombre de radio, pero también educador, ser humano
comprometido, padre de familia, vecino, amigo, compañero. Fue él
que me introdujo en los secretos de la radio comunitaria, de él
aprendí a hacer programas de radio. Participamos en muchos talleres
y reuniones íbamos a Asunción, a Resquín y a otros lugares, donde
hacía falta ir. Siempre respetuoso, pacifico, buscando consenso,
nunca ofendiendo. Solidario con cualquiera que necesitaba una ayuda.
Los que lo han conocido saben de qué estoy hablando. Recuerdo su
preocupación cuando yo estuve internado en hospital en Asunción, la
colecta que se organizó. Para mí era un referente como comunicador,
como un hombre entregado a la radio. Pudimos tener diferencias,
diferentes visiones, pero nunca perdimos el respeto y las ganas de
hacer el trabajo lo mejor que se puede. Quedan tantas conversaciones
sin terminar, sueños sin compartir. Ojala sepamos cuidar su legado.
Duele mucho su muerte en estas circunstancias. Un abrazo para su
Familia y todos sus Amigos y Amigas, que son muchos porque se los ha
ganado con su calidad humana. Que Dios lo tenga en su gloria. Lo que
nosotros perdimos Dios ha ganado, ha ganado a un buen comunicador,
una buena persona, a un buen amigo.
Hasta
siempre Bernardino.

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