Su cara últimamente mostraba
cansancio, y algo de descontento. El cansancio era justificado. Eran
muchas los trabajos y poco el descanso. Y sabía que él fue el único
responsable de ese estado de cosas. Lo de descontento fue otra cosa.
Parecía un círculo vicioso del que él no encontraba ninguna
salida. Es que en alguna parte había perdido la chispa de alegría
que enciende los ojos y provoca las sonrisas. Sospechaba que era
causa de otra pérdida la de motivaciones o de silencios que invadían
su vida. Al no querer molestar, callaba. Lo de motivaciones era la
base de muchas cosas. Aunque estaba tan ocupado, hacía las cosas por
llenar su tiempo, no porque disfrutaba tanto haciéndolas. No le
desagradaban, pero tampoco las hacía confiando en el éxito de sus
esfuerzos, ni porque entendía todos: para que… En su vida se ha
invertido el orden de las cosas. Primero hay que recuperar la
alegría y motivación, y luego hacer lo que nos toca. No hacer
esperando, que la alegría aparezca sola. Que el encuentro de domingo
con la familia y los amigos te traiga la alegría.
Feliz domingo de recuperar
alegría.

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