miércoles, 27 de mayo de 2015

Abuela y sus arrugas

El rostro de abuela era como el mapa de todos los caminos que ha recorrido en su vida, sola o acompañada. No ocultaba sus arrugas, las miraba con ternura, pues iban apareciendo conforme ella iba caminando por la vida. Muchas de ellas recordaban el lago camino que recorrer para pasar del sufrimiento a la felicidad. Es cierto sus arrugas detenían las lagrimas, que de vez en cuando bajaban por sus mejillas, pero hasta eso para ella fue buena señal. Decía que si eran las lagrimas de felicidad, ésta duraba más, cada lagrima se quedaba un tiempo recordando eso, y si eran lagrimas de dolor o tristeza, le recordaban que hay mucho por hacer, que uno no puede cruzar los brazos, nadie está condenado para ser infeliz. Muchas de sus arrugas se unían, se cruzaban, así como en la vida se cruza la tristeza con la felicidad, y como una lleva a la otra, en un camino de ida y vuelta. Los que viven, no se detienen y los que no se detienen, viven siempre algo nuevo, decía abuela, aunque ya tenía dificultades para caminar. También a Ti te espera algo nuevo, tus lagrimas a veces refrescan y hasta limpian tu mapa del camino que recorriste y él que tienes que recorrer.

Feliz jueves de mapas y caminos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario