Edith
no recuerda muy bien cuando ha empezado todo este proceso. Antes,
cada palabra que le decían, dejaba marcas en su piel y en su alma. Y
no es solo un decir, el constante estrés la a llevado desarrollar
una alergia con la manifestación cutánea. Las manchas y los granos
venían de la nada, siempre cuando tuvo muchos problemas. Mientras
más se desesperaba, más salían. Edith sentía que lo que le decían
se le clavaba en el cuerpo dejando unas infecciones de tristeza y
dolor.
Sentada entre mucha gente que hablaba, solo reaccionaba a las
palabras que escuchaba, solo
a las que ponía atención. Así que el problema al parecer no estaba
en las palabras, sino en las reacciones a ellas. El frío o el calor
me afecta dependiendo de la ropa que llevo. Lo mismo pasa con las
palabras. Edith empezaba protegerse de ellas vistiéndose de paz,
seguridad y confianza. Poco a poco las palabras dejaban cada vez
menos marcas en su piel y en su alma. Protegete de las palabras que
te pueden herir no les des fuerza.
Feliz
jueves de protección,

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