Los
ojos de Natty se llenaban de colores cada vez que salía de su
rutina. El trabajo, las obligaciones diarias, la tenían atada a un
mundo que parecía poco colorido. No era tan gris, como a veces lo
pintaba, pero al ser tan repetitivo, carecía de muchos contrastes.
Natty no caía en tristeza, ni se desanimaba cuando los problemas
nublaban su cielo. Sabía que a un paso esta sinfonía de colores.
Uno no vive solo y cada encuentro con amigos tiene efecto de la
paleta de pintor que mezcla colores, a
lo que vemos y vivimos añadimos lo que ven y viven los demás.
Nuestro mundo se enriquece,
se
llena más, se hace más colorido, más hermoso. Aprovecha todos los
encuentros que te permiten salir de rutina.
Feliz
lunes de colores.
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