viernes, 1 de julio de 2016

"El amor es ciego pero los vecinos no"

Se dice popularmente que “el amor es ciego pero los vecinos no”, y parece que nada es tan cierto como este dicho. En su caso no se trataba de esconder los amoríos o infidelidades frente a los ojos de los vecinos, sino a ver bien la realidad de sus hijos que amaba de sobremanera. Los amaba, los mimaba, les consentía todos los caprichos, pero no les exigía nada, no reaccionaba frente a su comportamiento dentro y fuera de la casa. Cuando sus vecinos preocupados intentaban llamar su atención, se molestaba y les trataba de chismosos y envidiosos. Sin lugar a dudas hay que amar a los hijos, mimarlos y cuidar, pero también hay que enseñarles y acostumbrar a la palabra “no”, porque tarde o temprano en la vida alguien se los va a decir esta palabra y la tienen que saber asumir y respetar, aunque puede ser que sea injusta o exagerada. Que no nos ciegue el amor y el orgullo, estos dos sentimientos no nos liberan de la responsabilidad de acompañar y corregir a los hijos cuando están errando. Los vecinos en vez de competidores chismosos, pueden volverse aliados y referentes, parte de la gran familia que a su cuidado tiene los que son el futuro y el presente, sobre todo en la edad en la que los hijos todavía son moldeables. No desaproveches las oportunidades que la vida y los vecinos te dan para educar.
Feliz viernes de amor sin ceguera.

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