Mirando hacia atrás no sabe cuál
fue la causa. No sabe ni cómo, ni de qué manera, pero se le había
roto la esperanza. Ni se quería mover de su lugar, porque le daba
miedo que se le van a caer todos los pedazos de la esperanza, que
todavía tenía pegados a los hermosos recuerdos del pasado, cuando
las cosas salían mejor. Andar con esperanza rota le parecía
imposible, como si fuera andar con pata rota. No le quedaba otra cosa
que quedarse inmóvil o ponerse en el camino apoyada en alguien,
buscando el amor, el cariño, que hasta ahora han demostrado ser los
mejores pegamentos para las esperanzas rotas. Les devuelven la
solidez y las hacen más compactas, más firmes. Solo que hay que
tener mucho cuidado con la confianza, que mal administrada puede
debilitar de nuevo lo que uno quiere recuperar. La confianza no se
puede poner en todas partes, ofrecer a todas personas, porque con
algunas no es compatible. No se pega a su vida aceitosa llena de
mentiras y engaños. Al tener cuidado en direccionar bien la
confianza, aseguras la fuerza de la esperanza. El cariño, la amistad
siempre te servirá de apoyo.
Feliz sábado de reforzar a la
esperanza incluso la rota.

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