Andaba por el mundo un pequeño pensamiento, buscaba
una cabeza que lo adopte como el suyo. Que se dé tiempo para pensarlo con calma
y hacerle crecer en su interior. Que lo vista de palabras como si de las
mejores ropas se tratase y que lo dé a conocer a otros. El pensamiento a veces
se sentía un poco solo. No quería desanimarse, pero le daba miedo de perderse
en la multitud de pensamientos postizos que se difunden a través de las
pantallas y papel impreso. Hechos en serie con medidas aproximadas capaces de estirarse
casi sin límites, por lo mismo muy imprecisos, demasiado aproximados. Trata de
crear tus propios pensamientos, hazlos crecer con calma para que se puedan
vestir bien de palabras y salir al encuentro de otras cabezas. No multipliques
los pensamientos extraños imprecisos aproximados mal vestidos de palabras. No
tienen mucho valor pero roban mucho espacio tiempo energía y sentimientos a los
buenos pensamientos que te servirían mejor.
Feliz domingo de hacer crecer a los pensamientos.

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